Un día, Dios hablo con su Madre, y le expuso su idea: “Muy bien hijo mío, haré lo que me dices, son muy buena gente y se que me querrán siempre, pero Tu también tienes que venir conmigo”. Dios, viendo que no podía negarle nada a su Madre, le pregunto que como seria eso, “Te llevare en mis brazos, muy pequeñito, casi recién nacido, y sonreirás y bendecirás a toda la humanidad”,”muy bien Madre, y cuando iremos a la Tierra, a ver a esas buenas gentes y a quedarnos con ellos” y la Virgen, que lo guardaba todo en su corazón, se quedo pensativa, y recordó su maternidad, la educación de Jesús, su vida publica, y su Pasión, muerte y Resurrección, y viendo que iban a ser alegría para las buenas gentes, vio que el momento mas feliz fue cuando en el pesebre de Belén, Jesús, vino al mundo “será en Navidad, en tu cumpleaños” le contesto a su Hijo.
En aquella fría noche de la Nochebuena, cuando se cantaban los últimos villancicos, una jovencita que llevaba un niño pequeño en sus brazos, pidió posada en una humilde casa de los cortijuelos, y como no, aquel matrimonio, no podía dejar a la madre y al hijo pasar la noche al raso, y le ofrecieron la mejor habitación de la casa. Al día siguiente, el día de Navidad, en la habitación, apareció una hermosísima Imagen de la Virgen Maria con el Niño Jesús en sus brazos. Los vecinos del barrio, locos de contentos, le hicieron una pequeña ermita, que luego fue creciendo con el paso de los años, le hicieron unas alegres fiestas en le mes de mayo, el mes de la Virgen, y pasados los siglos la Coronaron como Reina y Señora de cielos y tierra, y para siempre, la tienen como su Reina, su Madre y su Protectora.
By.- Z,J
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